Por Montse Yañez Carmona, Atleta en STARTT
montsepan@gmail.com
Hace más de un año, específicamente en noviembre de 2021 en el Campeonato de Duatlón Villahermosa 2021, mientras gritaba palabras de aliento para mi esposo, triatleta consagrado desde hace más de 20 años, tuve una epifanía. Mi mente, súbitamente como surgen las mejores (y peores) ideas, me presentó la pregunta e inmediatamente después, la afirmación: “¿Nosotros podemos hacer eso, no? Nuestro cuerpo puede hacer eso también, ¿cómo no?”
Cabe mencionar que soy una mujer de 38 años (en ese momento), sin previa experiencia ni ganas de realizar algún deporte y mucho menos un deporte de resistencia. En mi familia el bienestar se reducía a “estar flaca” fuera como fuera y yo, la más rebelde de las Carmonas, estaba resuelta a probar que eso NO es verdad y por ende, estaba en mi momento más pesado (de kilos) pero más ligero de ideas y presión por “verme bien”. Esta idea vino a mi como un tren bala y llegó para quedarse, dio vueltas en mi cabeza todo diciembre y por fin en enero me acerqué al Dr. Alejandro Lucero.
Le conté lo que quería lograr que eran 2 cosas principales: Terminar un duatlón bien, sin requerir una ambulancia en la meta y la segunda, NO ser la última en terminarlo.
Él me comentó que podríamos hacerlo, pero nos tomaría 10-12 meses de entrenamiento. Yo acepté porque en realidad no tenía un evento ni fecha específica y así empezamos a entrenar. También me puso en contacto con la Karina Nieto quien me mandó un régimen alimenticio que complementaría el entrenamiento físico.
Desde el principio me gustó todo, la rutina, mover el cuerpo de manera nueva y diferente (aunque a veces dolorosa) y me gustó aún más, que no me pusieron una “dieta” restrictiva de verduras al vapor, al contrario, mi ansiedad por comer disminuyó drásticamente, mi ingesta de líquidos se fue a las nubes (3 litros al día) y tuve siempre suficiente energía para hacer todos los entrenamientos.
Ellos siempre al pendiente. Al principio me desesperaba hacer un trote tan leve que me hacía ver como mis vecinas de la tercera edad los martes por la mañana en la colonia y la primera vez que me monté a la bicicleta a hacer una rodada larga de 40 minutos, experimenté el dolor de COLA* más intenso de mi vida. Mi cuerpo empezó, dolorosamente, a resistir los entrenamientos más largos e intensos y poco a poco me fui acostumbrando a entrenar de lunes a domingo.
El pasado domingo 10 de julio, regresando al origen de esta aventura, el Campeonato Nacional de Duatlón Villahermosa 2022, con mucha emoción y nervios calenté, me tomé el primero de tres geles deportivos, empecé a sudar mi propio peso en agua y a las 7:05 am, entre gritos y un grupo de mujeres con la misma meta que yo, empecé la carrera. Los primeros 5 kilómetros fueron la muerte, mi cuerpo se estaba adecuando a la humedad, al calor y a un ritmo de carrera sin precedentes en mis prácticas, hice uso del abastecimiento durante toda la carrera y encontré una corredora a quien seguirle el paso durante la tortura de las 2 vueltas. Antes de lo pensado, me vi terminando la primera carrera y subiéndome a la bici, 30 segundos de “descanso” en los cuales tomé aire y me dije: “lo peor ya pasó” y comencé a rodar y me di cuenta cuánto lo estaba disfrutando, entre el calor, el sudor, el dolor y los escalofríos me vi sonriendo a todo quien me pasaba. Un vez más, llegó el momento de la última carrera, muy cansada pero aún con la cabeza en el juego, dejé la bici y salí a la recta final. Llegando a los últimos 500 metros, con dolor de caballo pero con el final a la vista me di cuenta qué tan importante es estar entrenando LA MENTE también. Desde casi el comienzo, mi cerebro GRITABA que me detuviera, que para qué estaba esforzándome tanto, que las piernas nos dolían mucho y que no podíamos respirar bien pero semanas antes yo mantuve mi objetivo como prioridad. Llegué con la actitud de completa seguridad de que iba a terminar el duatlón. No sabía si sería la última, pero lo iba a terminar y creo que eso fue una GRAN parte también de haberlo logrado.
Estoy muy agradecida con State of the Art Training, en especial con el Dr. Alejando Lucero porque nunca hubo duda de su parte en que lo podía hacer y me dio todas las herramientas para lograrlo; con mi esposo por crear la tormenta perfecta que me llevó a esta idea y en especial a MI CUERPO Y MENTE por demostrarme que sí puedo. Lo que quiera hacer, puedo hacerlo con la paciencia, las herramientas y la disciplina necesarias.
¡Ahora quiero más! Nos vemos en el podio
*COLA* léase: TODA el área considerada como cola y aledañas.