about@stateoftheartraining.com
Para cada uno de Ustedes, a quienes puedo llamar “mis atletas” sin detentarlos, con mi agradecimiento y cariño.
Pensé en escribir en relación a mirar las cosas en la perspectiva adecuada, valorar lo que uno tiene o que estamos vivos y entrenando… pero de eso ya hay miles y aun de personas que realmente saben del tema, así que:
Decía Sir Arthur Conan Doyle que estamos acostumbrados a que la gente se ría de lo que no entiende, el tema es que cuando vienen la anosmia, las mialgias y la tos, ya nadie se ríe. En mi familia hubo un muerto “nada más” y sí, se reía mucho. Para los pocos que entienden o que no entendían pero preguntaron, se informaron y tomaron las decisiones necesarias, este microbiológico tiempo ha sido de desarrollo, aquellos que de manera natural o aprendida aplican la respuesta general de adaptación, una característica humana codificada en nuestros genes, bruñida por el evolutivo tiempo y claramente ensombrecida por la ultra ponderada comodidad de nuestra época: Cuando con cierta periodicidad nos exponemos a una sobrecarga y luego descansamos, nos recuperaremos a un nivel por encima del previo, es decir, nos adaptamos, esto según la RAE, es la definición de resiliencia, eso, de lo que tanta gente habla hoy día pero que no vive, o peor aún, cree que vive pero se la pasa quejándose de su “miseria”, pretendiendo ignorar una realidad que los sobrepasará en algún muy cercano momento, contagiando literal y figurativamente a muchos de los que los rodean.
Claramente la diferencia entre la élite de los deportes de resistencia y nosotros los amateurs, está en que tenemos la ventaja sobre ellos de no necesitar las competencias para generar ingresos y actualmente sí que es una ventaja para nosotros los lentos. Sin embargo, se corrieron las clásicas y las grandes vueltas, hubo campeonatos del mundo y copas de la ITU y arruinando la esencia de la pista, se rompieron marcas atléticas y se frustró la más grande maratón de todos los tiempos en Londres; y sí, se acabó para otros, el sueño tangible de una vida deportiva con solo posponer los olímpicos unos meses, con ello claro, se abrió la oportunidad a los más jóvenes, los llamados por Bach en la clausura de “Río” o quizá por Jacques Rogge en Londres ahora que lo pienso más. Desde afuera, para los de STARTT (yo incluido) creo que el balance ha sido positivo, más que positivo: aprendimos a entrenar solos, a mirarnos entrenar por un monitor, a adivinar lo que se dice o se hace cuando falla la red, a vencer el miedo al salir a entrenar, a buscar nuestras rutas, a ser autosuficientes para lograr la meta, alejados de la gente que nos ve raro, a saber, que aunque no haya competencias seguimos siendo triatletas, ciclistas o corredores; hemos sido resilientes, hombres y mujeres de este tiempo… y de los venideros, haciendo nuestras las palabras de un ficticio boxeador en la cuarta iteración del personaje: “Cause I’m a fighter! That’s the way I’m made, Adrian…
La comodidad nos mata a largo plazo biológicamente hablando y de manera indirecta, por la pandemia, también lo hace en el corto plazo. Mata también nuestro potencial sea cual fuere el ámbito de desarrollo, pues para que surja y se manifieste, tal potencial, muchas veces velado, hemos de estar fuera de la zona de confort, justo, debajo del umbral.
“Es nuestra naturaleza adaptarnos, la ciencia lo ha demostrado: descúbrela, desarróllala, disfrútala”